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VIETNAM 14: Hué II, Tumbas Imperiales

4 de enero de 2020 Aquella jornada hicimos un tour en coche con conductor por las tumbas imperiales de Minh Mang, Kai Dinh y Tu Duc. Finalizamos el tour con una corta visita a la pagoda de Thien Mu. Nuestro segundo día en Hué lo íbamos a dedicar principalmente a descubrir las tumbas imperiales, donde fueron enterrados los diferentes emperadores de la dinastía Nguyen. Los emperadores que reinaron más tiempo construyeron cada uno la suya en un lugar diferente de los alrededores de Hué (algunos emperadores solo reinaron durante meses o menos y no llegaron a construir su tumba). Se conservan un total de 7 tumbas imperiales, en un estado de conservación bastante dispar, lo que hace que la mayoría de la gente visite las que están en mejor estado. Nosotros nos decantamos por las tumbas de Minh Mang, Kai Dinh y Tu Duc, ya que además eran las incluidas en el billete combinado con la Ciudad Imperial de Hué que compramos el día anterior (también hay la entrada combinada con solo las de Minh Mang y Kai Dinh, ideal para quien quiera verlo todo en un día).
4 de enero de 2020
Aquella jornada hicimos un tour en coche con conductor por las tumbas imperiales de Hué, en concreto las de Minh Mang, Khai Dinh y Tu Duc. Finalizamos el tour con una corta visita a la pagoda de Thien Mu.
Nuestro segundo día en Hué lo íbamos a dedicar principalmente a descubrir las tumbas imperiales, donde fueron enterrados los diferentes emperadores de la dinastía Nguyen. Los emperadores que reinaron más tiempo construyeron cada uno la suya en un lugar diferente de los alrededores de Hué (algunos emperadores solo reinaron durante meses o menos y no llegaron a construir su tumba). Se conservan un total de 7 tumbas imperiales, en un estado de conservación bastante dispar, lo que hace que la mayoría de la gente visite las que están en mejor estado. Nosotros nos decantamos por las tumbas de Minh Mang, Khai Dinh y Tu Duc, ya que además eran las incluidas en el billete combinado con la Ciudad Imperial de Hué que compramos el día anterior (también hay la entrada combinada con solo las de Minh Mang y Khai Dinh, ideal para quien quiera verlo todo en un día). Para llegar a ellas hay varias opciones: la más barata y práctica es la moto, por la libertad que te da y las distancias relativamente pequeñas. Para quien no monte en moto (como nosotros) hay la opción de enrolarse en un tour de un día, el problema es que solo se visitan dos tumbas y lo rellenan con actividades demasiado turísticas (en el mal sentido de la palabra). La última es la que escogimos, alquilar un coche con conductor para todo el día. En nuestro alojamiento nos ofrecieron uno por 22 USD incluyendo dos tumbas, a lo que se podía incluir mas lugares por 5 USD cada uno. Así que en nuestro caso íbamos a ir a las tres más la pagoda de Thien Mu, de forma que nos salió por 32 USD, lo cual nos pareció un buen precio, ya que nos podíamos estar el tiempo que quisiéramos en los sitios e ir a nuestro ritmo. Dos opciones que no valoramos en un principio y luego vimos in situ fueron la bici y el taxi. La bici no la recomendaríamos, ya que las distancias son largas y las carreteras son bastante concurridas. El taxi solo es buena idea si se pacta un precio y un recorrido por las diferentes tumbas con el taxista; vimos a una pareja que había llegado a la primera tumba en taxi, y que después le costó mucho encontrar otro para que le llevara a la segunda a un precio razonable.
El taxista nos recogió a las 10 en la guesthouse y nos llevó primero a la tumba de Minh Mang, la más alejada. Éste fue el segundo emperador Nguyen, muy conocido por su feroz oposición al colonialismo francés y defensor de los valores tradicionales vietnamitas. Los diferentes edificios que forman su tumba están agrupados linealmente, lo que facilita la visita. Empezamos entrando en un Patio de Honor con esculturas de mandarines y animales, desde el que llegamos al pabellón Dinh Vuong, que alberga una estela donde se glosan los logros del emperador. Desde allí pudimos contemplar las majestuosas terrazas que conducen hacia la Hien Duc, una puerta maravillosa que lleva al templo de Sung An, dedicado a la pareja real. De este templo salen tres pasarelas que atraviesan un lago (llamado poéticamente lago de la Impecable Transparencia) y que llegan hasta el pabellón Minh Lau, en una de las zonas más bonitas y bucólicas de la tumba. De aquí parte una larga pasarela que atraviesa un gran lago hacia la tumba donde reposan los restos del emperador. Ésta está protegida por una puerta bastante recia que solo se abre una vez al año. Aquí concluimos nuestra visita a la tumba de Minh Mang, a la que le dedicamos una hora a paso lento. Realmente no decidimos visitar aquella tumba la primera, lo decidió el conductor, pero fue todo un acierto, ya que la pudimos visitar casi solos y la disfrutamos un montón. Para nosotros es la mejor de las tres que visitamos, aunque ya veremos que las tres son muy diferentes.
Tumba de Minh Mang: Patio de Honor (arriba izq.) y pabellón Dinh Vuong (abajo izq.), con su estela funeraria (dcha.)
Puerta Hien Duc
Pabellón Minh Lau
Templo de Sung An (izq.) y pasarela que lleva a la tumba del emperador (dcha.)
Luego fuimos a la tumba de Khai Dinh, uno de los últimos emperadores de Vietnam. Toleró la ocupación francesa, lo que le hizo muy impopular en el país. Su tumba es de un estilo completamente diferente a la de Minh Mang, fusionando la arquitectura vietnamita y la europea, pero siguiendo la misma estructura. Debía ser una de las tumbas más populares, ya que es en la que encontramos de largo más gente. Después de subir una empinada escalera, nos encontramos ante el Patio de Honor, lleno de esculturas de mandarines. Éstos estaban orientados hacia el Bi Dinh, un pequeño pabellón con una estela donde se explica la vida del emperador. Estos elementos eran los mismos que habíamos visto en la otra tumba, pero las estructuras tenían una apariencia totalmente distinta debido a su decoración barroca y al uso indiscriminado del cemento como material de construcción (todo era de un color gris uniforme). Tras otro tramo de escaleras llegamos al edificio principal, el palacio de Thien Dinh. Su exterior estaba ricamente decorado con relieves, incluso más que los edificios que habíamos visto antes. El interior no le iba a la zaga, decorado con coloridos mosaicos de azulejos con motivos tradicionales vietnamitas. La máxima expresión de este "barroco vietnamita" se encuentra en la tumba de Khai Dinh, donde hay una escultura a tamaño real del emperador sentado en un baldaquino. Aquella tumba nos gustó mucho por lo diferente que era, aunque a veces la masificación de los grandes grupos de turistas la hacía algo agobiante.
Tumba de Khai Dinh
Patio de Honor (izq.) y Bi Dinh (dcha.)
Palacio de Thien Dinh
Interior del palacio (izq.), con la tumba del emperador (dcha.)
Después fuimos a ver la tumba de Tu Duc, la tercera y última que visitaríamos. Aquí yacen los restos del cuarto emperador Nguyen, firme defensor de los valores tradicionales vietnamitas y del confucionismo. Ello le llevó a perseguir violentamente a los cristianos, lo cual les dio el pretexto a los franceses para invadir el país y establecer su régimen colonial. Su tumba es una de las más grandes de las que se conservan, y el mismísimo emperador se encargó de diseñarla. Al entrar en ella nos pareció que entrábamos en un parque, ya que todo está organizado entorno de un bonito lago rodeado por frondosos jardines. Medio flotando en él hay el Xung Khiem, un bello pabellón de madera que servía de lugar de descanso del emperador. Hay que tener en cuenta que Tu Duc dejó de reinar antes de morir, y al dejar el trono se mudó a vivir en la que sería su tumba. De esta zona parten unas escaleras hasta la parte más sagrada del complejo, el templo de Hoa Khiem, donde se veneraba la figura del emperador y de la emperatriz. Su entrada estaba guardada con una fabulosa puerta ricamente decorada con azulejos en el tejado.
Tumba de Tu Duc: Xung Khiem
Templo de Hoa Khiem
Puerta del templo de Hoa Kiem
Un poco más al norte encontramos la zona de la tumba del emperador. Como en las otras dos, estaba precedida por un Patio de Honor (con mandarines y animales haciendo guardia) y por el Bi Dinh, un pequeño edificio con una estela que explicaba los logros de su reinado. En este caso el edificio estaba decorado con azulejos de vivos colores, y símbolos chinos de la longevidad. Detrás de él estaba la tumba de Tu Duc, en un recinto cuadrado y austero, pero protegido por una bonita puerta. Aunque realmente no está enterrado allí, y la ubicación de sus restos es todavía un misterio. Atravesando el lago llegamos a dos tumbas muy similares a la del emperador: la de la emperatriz Le Thien y uno de sus hijos adoptivos, Kien Phuoc, que llegó a reinar durante unos meses. Curiosamente, al lado de ésta tumba había un mini templo para honrar su figura como emperador, el Chap Khiem. La visita a la tumba de Tu Duc fue muy agradable, porque apenas había gente y parecía que estábamos en un jardín en el que de vez en cuando podíamos visitar algún interesante edificio histórico. Fue la tumba a la que dedicamos mas tiempo, unas dos horas.
Bi Dinh
Tumba del emperador (o supuesta tumba....)
Tumba de Le Thien (izq.., arriba dcha.) y de Kien Phuoc (abajo dcha.)
Chap Kiem
La última de las visitas del día sería a la pagoda de Thien Mu (o de la Dama Celestial), situada en las afueras de Hué. Cuando llegamos el lugar estaba ocupado por decenas de autobuses con sus correspondientes hordas de turistas. Su torre hexagonal, Tháp Phuoc Duyen, es uno de los símbolos de la ciudad, y fue construido por el emperador Thieu Tri. Cada uno de sus 7 pisos está dedicado a una de las reencarnaciones de Buda. Aunque mucha gente solo viene a hacerse fotos con la torre, vale la pena darse una vuelta por los templos que hay detrás de ella. Como curiosidad en uno de sus edificios se muestra un coche ligado a la vida del monje Thich Quang Duc. Éste se hizo famoso en los años 60, al quemarse a lo bonzo en Saigón para denunciar la persecución que sufrían los budistas a manos del presidente del Vietnam del Sur, Dinh Diem. Su foto envuelto en llamas dio la vuelta al mundo; en ella también se observa de fondo un coche que fue el que el monje usó para ir a su lugar de inmolación, y es justamente el coche que hay expuesto en la pagoda.
Pagoda de Thien Mu: Thap Phuoc Duyen
Con esto dimos por concluido nuestro tour por las tumbas imperiales, y la verdad es que nos gustó más de lo que nos esperábamos. Teníamos miedo que las tres tumbas fueran muy similares, pero nada mas lejos de la realidad. Aunque siguen una misma filosofía, cada una tiene un aspecto diferente que las hace únicas. Y el hecho de dedicarles todo un día fue un acierto, ya que pudimos descubrirlas sin prisas. Mucha gente combina la visita de alguna tumba con la de la Ciudad Imperial de Hué en un mismo día. Pero si se tiene algo de tiempo, nosotros recomendamos dedicar una jornada para cada cosa.
El conductor nos dejó de vuelta en la guesthouse y aprovechamos para descansar un rato. Como era pronto, decidimos después ir a pasear un rato por el centro de Hué antes de cenar. En él hicimos un gran descubrimiento, Vo Thi Sau, una calle peatonal muy animada llena de restaurantes y bares. La verdad es que echábamos de menos pasear sin temer que una moto nos atropellara, y había un ambiente festivo muy chulo. Decidimos cenar en uno de los restaurantes de esta calle, el Hot Tuna, que tenía una terraza que daba a la misma. Pedimos pollo rebozado y atún estofado, que estaban bastante buenos. Lo mejor es que pudimos disfrutar de la cena mientras escuchábamos la buena música que tocaba un grupo de rock callejero situado casi enfrente. Junto con un par de cervezas, la cena nos salió por 322.000 VND (casi 13 €).
Calle Vo Thi Sau
Nuestra cena

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